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lunes, 18 de noviembre de 2013

EL LEGADO DEL ORO VERDE DE YUCATAN; LAS HACIENDAS

Opinión ,debate, articulo


El origen fue el Henequen , una  planta de agave que ya utilizaban los mayas para hacer bolsas , sacos , cordeles...etc. La hoja de esta planta una vez secada y extraída su fibra  se trabajaba y  se producía con diferentes hilos y corduras en función de su aplicación final . 
Su  máximo rendimiento explotó a mediados del siglo XIX cuando los españoles vieron su capacidad industrial , mecanizaron el proceso y transformaron su aplicación  para la  Industria  textil y la portuaria , sacando entonces  su más  alto aprovechamiento.

Cual Fue la realidad Social?. Como cualquier historia de la humanidad muchos trabajaron esclavizados y algunos pocos  se enriquecieron. De esta emergente producción surgieron las grandes Haciendas Henequeras  dominadas por los nuevos hacendados  que se convirtieron en relativamente poco tiempo en  grandes terratenientes y nuevos ricos. Como cualquier florecimiento industrial, otros sectores  como  el comercio y  los servicios nacieron  en paralelo y empezó  a nacer la clase media en Mérida, el eslabón social que se invento industrialización con el paso del tiempo.


Estas haciendas se convirtieron en el símbolo de riqueza de la Región. Esta etapa se llamó “ el Oro Verde”.  La visibilidad de esta exagerada ostentación y enriquecimiento la podemos ver todavía en las Mansiones de Paseo Montejo en Mérida. Sin embargo , las grandes protagonistas arqueológicas son estas ambiciosas  y lujosas Mansiones  situadas en extensos espacios en el interior del Yucatan. Estas haciendas fueron durante un siglo , símbolo de la riqueza y en de una gran  desigualdad social

Iniciado el Siglo XX y con la llegada de las dos Guerras Mundiales , la misma necesidad y demanda  agudizó el ingenio mundial . Aparecieron nuevas fibras sintéticas que mataron la gallina de los huevos de oro  y derrumbaron como castillos de arena estas lujosas y ostentosas Mansiones símbolo del más creciente y hambriento capitalismo.

La naturaleza con el paso del tiempo engulló  estas mansiones y muchas fueron ocupadas por gente local. No hasta hace relativamente poco , otro pequeño monstruo simpático del que muchos vivimos,  que alimentamos cada día  y que hemos educado bien poco , llamado turismo,  las volvió a despertar convirtiéndolas en confortables hoteles de lujo.

Estas haciendas que estaban en manos de unos pocos , volvieron para el acceso de otros pocos, la historia siempre repite sus caminos y  sus orígenes.


Si es cierto y hasta inevitable entender que las reformas de las haciendas en  alojamientos turísticos  es cara  y que por definición su renacimiento ha quedado automáticamente relegada a la gran capacidad económica que tienen estos  consorcios hoteleros.

También es de  bien decir que acertados en mayor o menor medida , más o menos presionados  por las autoridades locales,  y bendecidas por su desgravación fiscal ,  algunas de estas entidades hoteleras han sido en cierto modo  “sensibles” y dentro de sus proyectos de reforma  han incluido Fundaciones que han creado  centros médicos, talleres artesanales, centros de formación y  hasta desarrollado centros documentales como biblioteca de uso púbico. También es cierto que algunos de estos consorcios  y  nuevas haciendas se han obligado a contratar población exclusivamente local para la explotación turística de estas haciendas.  Esto es lo que me dijo repetidamente  la Sra Rita , empleada en una de las haciendas, “que todos los que trabajan allà eran del pueblo del lado y que antes de la hacienda convertida en hotel  no tenían trabajo”.  No me atreví a preguntar bajo que condiciones , me pareció que era feliz y yo también de estar alojado una noche en ese bonito lugar.  A veces no merece la pena preguntar si uno ve ( o piensa que ve ) felicidad.



Por otra parte es evidente , que la existencia de estas haciendas han originado una actividad económica local ; comercios y servicios Como  en su día la industria del henequén.  Y eterno debate siempre estará abierto.


Entendemos que son lugares maravillosos para alojarse y  sin duda  alojamientos de ensueño, que han sabido conservar , adaptar, y adecuar  todo su esplendor arquitectónico  y que son  testimonio de una parte importante  de la historia del  Yucatán,  aunque inevitablemente  hayan regresado conceptualmente  a su propio origen  ; la gran mayoría en hoteles de lujo y  el acceso de unos pocos . Nuestra ingenua ilusión seria que este concepto de acceso y exclusividad  se socializase  y  poco a poco las poblaciones locales puedan tener  los recursos para generar sus propios alojamientos locales , claro que esto ya tiene que ver con el reparto de la tierra y de la propiedad… y ese es otro tema.


Algunas de estas haciendas donde nos podemos alojar son;  Hacienda Temonzon , Hacienda Oxil , Hacienda Santa Rosa ( es la fundación) ,  Hacienda Chenkú , Hacienda Petak y Hacienda San Jose  ..entre otras.

Como “ daños colaterales” , Algunos  brotes verdes  nacen  y algunas comunidades locales han visto  nuevas posibilidades en este entorno, así mismo  surgen iniciativas  y cooperativas de poblaciones de locales que tratan de recuperar también estas haciendas y  sobre todo los espacios que estas  ocupaban  generando actividades de turismo  local y comunitario . Un ejemplo es el aprovechamiento  en la realización de visitas turísticas  a los cenotes de agua cristalina  con mismos  trucks  (carruajes) que se utilizaban para transportar el henequén el famoso  “ el Oro verde”.  Actividades turísticas en manos de la comunidad. Por fin!. De esta actividad   hablaremos en otro blog.

Autor; Pere Isern
www.exode.es